Breve historia del Colegio San Vicente de Paúl de Benavente, desde su fundación.

UN CENTRO FUNDADO POR LAS HIJAS DE LA CARIDAD

En 1890, concretamente el 18 de abril,  las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl llegan a la ciudad de Benavente para hacerse cargo del Hospital.

Tres años después, en 1893, la superiora de la comunidad Sor Cleta obtuvo el permiso para establecer una escuela en el mismo Hospital, concretamente en la galería superior con el objetivo de educar a las niñas de la localidad, especialmente en religión. La escuela fue bautizada con el nombre del fundador de las Hijas de la Caridad: San Vicente de Paúl

En 1908, ante el aumento del número de alumnas fue conveniente buscar un nuevo emplazamiento para esta escuela, máxime cuando era evidente que un hospital, pese a que la escuela estaba separada de la zona de los pacientes, no era el lugar más adecuado para ella.

En una nota del Obispado de Zamora firmada por el Vicario D. Benito Peláez, se certifica la erección canónica de Colegio San Vicente de Paúl el año 1902. Había en total unas 225 alumnas, divididas en párvulos -ambos sexos- medianas, mayores y niñas gratuitas. Para estas gratuitas había también una cantina o comedor escolar.

Ante la incompatibilidad de las dos actividades en el mismo edificio las hermanas se plantearon abandonar el proyecto colegial comenzado, pero viendo el buen funcionamiento de la escuela y su labor el Vicario, D. Victoriano Para y Posa obtuvo del Obispo de Oviedo una casa en Benavente, en la calle la Rúa y se la cedió a las Hijas de la Caridad para que continuaran allí con la labor colegial. A partir de ahora, julio de 1908,  la comunidad de Hijas de la Caridad en Benavente se divide en dos y como primera hermana responsable del colegio independiente nos encontraremos a Sor Engracia Alegría.

La Casa proporcionada por el obispado tenía grandes deficiencias y la Comunidad de hermanas tuvo que hacer un gran esfuerzo para adaptarla y arreglarla.

Es también importante señalar que la Historia del colegio, como ocurre siempre con las grandes obras, no se puede entender sin la generosidad de muchos donantes que permitieron en aquellos momentos mantener un comedor gratuito  para niñas así como hacer frente a los gastos cotidianos del colegio. Para obtener recursos  las hermanas desempeñaron muchas labores remuneradas: coser sacos para la fábrica de harinas La Ventosa, zurcir ropa por encargo, realizar bordados etc. Esta es también la época en la que se crea una “Cocina Económica” que atendía las necesidades de muchas familias de la ciudad.

Como otras instituciones educativas el colegio tiene que adaptarse a las nuevas órdenes ministeriales que desde 1945 regulan  la enseñanza en el país y fruto de ello es que  el 19 de noviembre de 1949  se autoriza de manera oficial por el Ministerio de Educación  el funcionamiento del Colegio Privado  San Vicente de Paúl de Enseñanza Primaria.

Gracias al archivo de la comunidad de hermanas sabemos que las hermanas compraron finalmente el edificio de la calle la Rúa con mucho esfuerzo y cuando en 1954 llega una nueva superiora,  Sor Felicitas San Martín, todavía no se ha realizado por completo el pago de la deuda contraída para dicha compra.

La situación del edificio de la Rúa, si bien cumplía con su función se quedaba pequeño y estaba en un estado no muy bueno. Esto fue como la chispa para comenzar a pensar dónde encontrarían unos terrenos para hacer otro nuevo, y fue el Párroco de Santa María, D.Eustaquio, quien le señaló como un buen lugar el cementerio viejo, propiedad de las tres parroquias aunque en principio el precio fijado hacía imposible tal adquisición.

Finalmente gracias a la mediación del Obispo de Oviedo con las parroquias locales se pudo llegar a un acuerdo que si bien iba a implicar un gran esfuerzo haría posible el inicio de la construcción del nuevo colegio. Gracias a las notas manuscritas de Sor Felicitas conocemos la historia de trabajo que posibilitó la construcción del nuevo colegio, y es sin duda un ejemplo de perseverancia, esfuerzo y generosidad de las hermanas y de muchos benaventanos.

 La obra no estuvo exenta de dificultades y  grandes apuros ya que era una obra demasiado grande, 5300 m2 para tan pequeñas existencias. Según cuenta Sor Felicitas en su precioso escrito y las Hermanas que con ella lo vivieron, Sor Asunción, Sor Concepción y Sor Ángela, les costó esfuerzo, y no pocas privaciones, pero gracias a su tesón hoy disfrutamos de este precioso colegio que es el de todo el pueblo, donde se pueden seguir educando las jóvenes generaciones.

El día 7 de mayo de 1956 se empezó la obra. El 17 de julio del mismo año, se hizo la fiesta de bendición de  la primera piedra, y en el curso 1957-58, en octubre, ya estaban algunas clases preparadas, el 27 de noviembre de ese mismo curso, se celebra, por primera vez, la misa de la Virgen Milagrosa en la Capilla.

Sor Felicitas resalta los apuros que pasaron para pagar obreros y facturas, y agradece a los familiares de Hermanas y a otros muchos donantes anónimos de la ciudad su ayuda económica, a la vez que hace constar, cómo en la Comunidad había mucha unión y trabajando todas para que la obra fuera adelante. Se formalizó la escritura el día 29 de septiembre de 1958.

El 31 de octubre de 1958 el colegio fue clasificado como COLEGIO DE ENSEÑANZA MEDIA en la categoría de GRADO ELEMENTAL. Entonces aumenta el internado que ya existía en el Colegio Viejo, y mucho más cuando al curso siguiente, 21 de agosto de 1959, fue reconocido como colegio de GRADO SUPERIOR.

Comienza por estas fechas una gran emigración, a países extranjeros y en el internado del colegio abundarán las niñas cuyos padres han emigrado y también las niñas de zonas rurales donde por la dificultad en los desplazamientos sus familias optan por el internado.

En  1964 al hacer la división de las Hijas de la Caridad de España en  provincias, esta casa acogió a las jóvenes aspirantes a religiosas que estaban en Astorga y Carrión y que pertenecían a la recién estrenada Provincia de S. Vicente, por ello en el colegio nos encontramos en esas fechas con un gran número de aspirantes a religiosas que muchas de ellas llegarán a serlo.

Un cambio de enseñanza en el curso 1974-75, cambia también el curso de las cosas, no se puede seguir con el bachillerato demasiado caro para su mantenimiento por lo que se solicita entonces la autorización para el funcionamiento de doce unidades de E.G.B. y se obtiene dicha autorización con clasificación definitiva, por Orden del 16 de enero de 1976.

La obra comenzada en 1893 estaba ya en pleno funcionamiento y desde entonces más allá de los cambios de ubicación, de las distintas leyes educativas o incluso de  los modos de enseñar, la labor docente del colegio  no solo no ha cesado en ningún momento, sino que se ha visto incrementada hasta hacer del Colegio San Vicente de Paúl un referente educativo en Benavente.

Sor Mª Paz Irízar, Hermana Sirviente fue la impulsora de la última gran ampliación del colegio que finalizó en 1989, la que lo dotó de un gran salón de actos y de un nuevo gimnasio que permitiera contar con un espacio en el que la actividad teatral, tan presente en la historia colegial, y la actividad deportiva pudiesen encontrar unos espacios acordes al elevado número de estudiantes del centro.

Desde entonces la Historia de este colegio, tan vinculada a la historia misma de su ciudad, no ha cesado de seguir creciendo, y por los pasillos y aulas han sido cientos los alumnos que año a año le han dado vida.

Cuando en el año 2018 el colegio celebró su 125 aniversario eran 595 los alumnos del mismo. Completaban la comunidad educativa 46 profesores y 7 trabajadores más de administración y servicios. La Comunidad de Hijas de la Caridad hoy como ayer corazón del colegio estaba formada por nueve hermanas que siguen desempeñando su labor en las distintas actividades del mismo.

Las Hijas de la Caridad en Benavente  continúan  trabajando sembrando entre los niños y jóvenes que pasan por sus aulas los valores propios de un centro educativo vicenciano, valores inspirados en el Evangelio y bañados por el carisma de San Vicente. Hoy hermanas y laicos creemos que la educación es ante todo una manera de construir un mundo mejor, porque creemos que desde la calidad educativa y desde la educación en valores podemos hacer que los adultos del futuro sean ante todo solidarios y comprometidos con el servicio a los demás.

Nuestro lema es muy claro: ”Saber más para servir mejor”.